sábado, 5 de abril de 2008




Dejá el calendario sobre la mesa, colega, que algunas veces se hacen treguas con el dolor, y uno sonríe, y dice esta vida es un regalo.
Que los años que vendrán, te embriaguen, para que bailes como un derviche, y entres muchas más veces en tu interior, para regalarnos en tus creaciones, esa honestidad que te caracteriza.

De las veces que peleamos siempre surgió un abrazo, de eso se trata la amistad, de un lenguaje que los de afuera no ven, un código que nace de la médula, y que no son palabras, sino gestos, detalles que hacen sentir que siempre estamos, para eso somos amigos, para dejar presencia, para marcar compromiso.

Ya te dije una vez que es un aprendizaje leerte, pero más allá de tu arte, está tu calidad humana.

Quiero desearte lo mejor, aunque lo mejor ya lo tenés, siendo vos mismo, y por eso nadie puede sacarte nada, porque está adentro tuyo, esa fuerza vital que una y otra vez te hace decir aquí estoy, para ofrecer tu afecto sin especulaciones.

Felices infinitos años colega, porque uno es infinito, si sabe mirar como vos, con un corazón puro.


Noc